El ámbito de los negocios, la economía y el dinero maneja términos y conceptos que usamos a diario, pero que pocas veces nos detenemos a pensar de dónde provienen o por qué se llaman así. Es por eso que hoy te contaremos algunas de las raíces etimológicas que le han dado origen a las palabras más relacionadas con el fascinante mundo de las finanzas.
Salario
Todo surgió en la época del Imperio Romano donde a los soldados y funcionarios públicos se les pagaba con sal por la prestación de sus servicios, ya que era un mineral muy apreciado con el que se podían conservar mucho mejor los alimentos y era un antiséptico para las heridas. A este pago se le conocía como salarium.
Dinero
Este término nace como una evolución y extensión semántica de la palabra denarius, que era inicialmente el nombre de una antigua moneda de plata romana (que equivalía a diez ases), para luego convertirse en el denominador común para todo tipo de monedas sin importar su procedencia y valor.
Moneda
El verbo monere que en latín significa “advertir” o “amonestar” fue un apelativo dado a la diosa Juno y en cuyo honor se erigió el Templo de Juno Moneta (la amonestadora, la que advierte). El término moneda proviene del hecho de que dicho templo quedaba anexo a la casa que acuñaba las monedas en la antigua Roma, la cual además recibía la protección de la diosa.
Ahorro
Esta palabra proviene del arabismo horro que en la Edad Media se empleó para designar a “una persona esclava que recupera su libertad”. Lentamente se generalizó para hablar de “una persona que se libra de algo” como una prenda de vestir, un trabajo o un gasto. De esto último surge el concepto actual, ya que al liberarnos de un pago (gasto) podemos utilizar esos recursos para guardarlo y usarlo cuando nos haga falta.
¿Interesante, verdad? Ahora que lo sabes, usa las palabras más poderosas cuando se trate de protección y seguridad financiera: Cajas Fuertes Ancla.
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